CREER EN EL HOMBRE
(CANTO DE AGRADECIMIENTO A TODAS LAS PERSONAS QUE TRABAJÁIS EN PROYECTO HOMBRE)
Cuan grande es tu papel,
creer en el hombre a pesar de lo que ves.
Recorremos la historia y el ser humano está plagado de miedos, de huidas y a veces de timidez.
Nos desajusta cuando las cosas no van bien,
o cuando pensamos que pueden atentar contra nuestro ser,
o cuando la armonía que soñamos y deseamos la vemos desaparecer,
y nos entra el miedo una y otra vez,
y nos cuesta levantar el vuelo porque el temor nos ata los pies,
se nos corta la alegría y el deseo de algo nuevo emprender.
También vemos a María sorprendida por lo que sus ojos ven,
y a los pastores nerviosos sin saber que hacer,
y San José temeroso por marcharse a Belén.
Los hombres estamos marcados por el miedo que no nos deja mover,
sin embargo, algo que parece tan negativo para el propio ser
se convierte en esperanza para aquel que tiene fe,
porque nos sentimos pobres, humildes y necesitados y miramos así al Enmanuel
y pedimos ayuda y un ángel nos viene a socorrer
y leemos en la Biblia: no temas vuelve a Nazaret,
o a los pastores: id a Belén,
y también a María: no temas, alégrate,
y a ti y a mi nos dice: Yo contigo estaré,
y ante estas palabras el miedo vuelve a desaparecer,
y experimentamos la presencia y el consuelo como ayer,
y aunque estés caído, porque en la vida no supiste escoger,
y a veces has visto tu persona por los suelos, sin sentido o sin saber que hacer,
hay hombres en el mundo que te quieren bien,
que ven más allá de lo que tú puedes ofrecer,
y te tienden una mano, la cual debes coger,
y entrar dentro de ti y limpiar lo que te hizo caer,
y estar agradecido a que te enseñó a ver,
y depositar tu voluntad y fortaleza al que te dio el ser,
y saber que el miedo va a volver a aparecer,
pero que un hermano te ayuda y tienes un Dios para dirigirte a Él.
Que don, el hombre que cree en el hombre a pesar de lo que ve.
Nadie apostaría por el que nos pudo ofender,
nadie levantaría al que su rumbo equivocado quiso escoger,
porque sólo apuesta por el hombre, da igual la raza, lengua o de la nación que es
si no tiene en su interior semillas del Enmanuel,
el Dios encarnado, que de María quiso nacer,
el Dios que a San José le confió todo su crecimiento y también el de la fe,
el Dios que ama al hombre y no lo quiere perder.
Danos Señor, semilla de tu querer,
danos palabras de aliento para que el miedo pueda desaparecer,
danos manos bondadosas para que, al que esté en el suelo lo podamos recoger,
danos mirada compasiva para que te puedan ver,
para que experimenten en su vida tus palabras: Yo contigo siempre estaré.
Bendice al hombre que apuesta por el ser humano que se encuentra a sus pies,
y concede al humillado el gozo de poderte sentir, escuchar y también ver,
para que pueda vivir en humildad, contemplando y adorando a los pies del Portal de Belén,
en agradecimiento a Jesús, María y José.
Feliz Navidad porque también en ti ha nacido Dios, el Mesías, el Enmanuel,
el Dios que apuesta por ti, en las manos del hombre que te quiere bien.
Salamanca 27 – 12 – 10