NUESTRA META TIENE UN ROSTRO

NUESTRA META TIENE UN ROSTRO


Hace unos días, celebramos de Jesús su Bautismo,
el día en que Dios revela su identidad como Dios Trino,
y públicamente a Jesús lo proclamó como Hijo,
y nos mostró también cuál es su deseo, es decir, cuál es nuestro destino.
Nos habla del encuentro filial o fraterno con lo humano y también con lo divino,
porque Él es nuestra meta y también nuestro sentido, sentido y meta que tienen un rostro tan real y tan cierto como que yo ahora esta poesía te escribo.
Ojalá llegáramos tú y yo a ser totalmente conscientes de ello, porque nos podríamos sentir verdaderamente hijos dignos.
Nuestras motivaciones volverían a llenarse de ilusiones futuras, de miradas esperanzadoras y de hermosos recuerdos, así como de acciones y de gozosos recorridos.
Lucharé con energía, porque me siento amada y también mi interior se encuentra fortalecido.
Y es que nuestra meta tiene un rostro tan real y tan cierto, como que yo hoy existo;
tan cierto, como lo es el pensamiento que revela y guía mi oración, estas palabras y todos mis sentidos.
¡Qué providencia y qué bonito milagro he recibido!.
Hoy me he podido levantar para volver a soñar y esforzarme por Quien y quienes vivo.
¡Qué providencia que en esta vida no estamos caminando solo hacia un fin, sino hacia el encuentro con el Dios Trino!.
Y qué privilegio el poderlo saber para seguir siendo su testigo.
Gracias por avivar mi fe, mi esperanza, mi vocación, mi ser y todos mis sentidos.
Gracias a ti, mi querido Papa Benedicto.
Sor María Elena Hernández González
Plasencia 14-1-23

ABRIENDO NUESTROS COFRES, LE OFRECEMOS REGALOS AL SEÑOR

ABRIENDO NUESTROS COFRES, LE OFRECEMOS REGALOS AL SEÑOR


Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz.
Nosotros somos esos mensajeros, que abrimos nuestros cofres para repartir el amor que Dios nos da.
Si abres tu cofre, ¿en él qué tendrás?.
¿Será oro?. Yo si abro mi cofre le ofrezco a Dios el oro de mi amistad,
el oro de un corazón sincero y de quien con Él siempre deseo estar.
Si abres tu cofre, ¿incienso tendrás?.
Yo abro mi cofre para ofrecerle a Dios el aroma de mi pequeña confianza y de la grandeza de mi abandono en Él, porque estoy convencida de su fidelidad.
Tú, si abres tu cofre, ¿mirra tendrás?.
Yo, Señor, te abro mi cofre y te entrego la mirra de mi creencia en tu humanidad,
la mirra de la ternura, tú, como tu junior poeta que soy yo y que anuncio al mundo: la fe, la esperanza, el consuelo, el entusiasmo, pero sobre todo la paz que tú me das,
y que en mi cofre también hay: alegría por los demás, está además el gozo de la filiación, las certezas de la amistad y la felicidad que produce los encuentros de hermandad.
Aquí, Señor, te entrego todo mi cofre, porque en él está también todo mi ser, mi alma y mi personalidad.
Feliz día de los así llamados Reyes Magos, feliz día para venirte, mi Dios, a adorar.
Sor María Elena Hernández González
Plasencia 6-1-23

SABIDURÍA, SIN CAMBIAR EN NADA, RENUEVA EL UNIVERSO

LA SABIDURÍA, SIN CAMBIAR EN NADA, RENUEVA EL UNIVERSO


Estamos en un Año Nuevo y lo sabe nuestro interior al igual que el universo,
y lo sabe sí, porque es el Espíritu quien nos renueva por dentro;
lo hace también la Sabiduría con su presencia y su elocuente silencio,
con la humildad, la sencillez y la necesidad que tiene cualquier niño pequeño.
Sin embargo, este Niño pequeño es el que nació en Belén y, al que Herodes decidió quitar del medio, pero en verdad no tuvo éxito.
Y es que Dios, nuestro Padre, es el protector de lo débil y de lo indefenso,
Él es el que hizo y también hoy hace de lo antiguo algo nuevo,
y lo realiza a veces de forma invisible a nuestros ojos, ya que no destruye lo existente y esto lo percibe nuestro universo.
Él hace que la vida fluya, y también que el agua corra y no se estanque y que la savia renueve a cada árbol por dentro,
Hace finalmente que nuestro interior se recupere y que la sonrisa sane lo que estaba enfermo.
Y lo manifiesta con su Palabra, que es la Sabiduría, que es el Verbo,
Sabiduría que nos sale, como siempre, a nuestro encuentro.
Qué milagro, porque sin cambiar nada externo nos hace nuevos por dentro.
Feliz 2023, el año de la Sabiduría, el año del acompañamiento, el año en que Dios nos guía, orienta, susurra y vela cada descanso, cada amanecer, cada misión y cada uno de nuestros encuentros.
Gloria y agradecimientos sean dados a nuestro Dios por cada ser humano y desde todo el universo.
Sor María Elena Hernández González
Plasencia 5-1-23